Por lo general, el verano suele ser una época de disfrute, pero también es posible que se convierta en una pesadilla para los dispositivos electrónicos producto del calor extremo.
Lamentablemente, las altas temperaturas y los cambios bruscos de clima ponen en riesgo a millones de dispositivos, pero sobre todo a miles de discos duros y a su información allí almacenada.
El verano y la descompensación térmica
Para quienes no saben, la “descomposición térmica” es el enemigo oculto de los discos duros. Es considerado por muchos técnicos informáticos como el principal culpable de las fallas en estos aparatos durante la temporada de verano.
De hecho, imagina dejar el ordenador portátil dentro del coche en un día caluroso. Los cambios bruscos de temperatura harán que las piezas internas del disco se expandan y contraigan de manera desigual, provocando daños irreparables en los cabezales de lectura y escritura.
¿Por qué es tan peligrosa la descompensación térmica?
Este fenómeno es considerado peligroso por las siguientes causales:
- Precisión comprometida: Se sabe que los cabezales de lectura y escritura de un disco duro necesitan de una precisión nanométrica para acceder a los datos. Por ende, la expansión y contracción de las piezas internas altera esta precisión, provocando errores de lectura y escritura.
- Daños mecánicos: Los cambios constantes de temperatura tensionan las partes mecánicas del disco duro, lo que a la larga puede provocar grietas, roturas y otros daños físicos.
- Pérdida de datos irreversible: Por lo pronto, si un disco duro falla debido a la descompensación térmica, recuperar los datos resultará prácticamente imposible.
Consejos para prevenir la pérdida de datos
Desde “Recuperación de datos” queremos recomendarte algunos tips para evitar la pérdida de información valiosa:
- Mantén una temperatura estable: No expongas los dispositivos a cambios bruscos de temperatura. Es mejor mantenerlos en un ambiente fresco y bien ventilado.
- Realiza copias de seguridad regularmente: Será fundamental que realices copias de seguridad de tus datos en dispositivos externos o en la nube.
- Monitorea la temperatura de tu equipo: Busca herramientas de monitoreo para verificar la temperatura de tu disco duro y de otros componentes de tu equipo.
- Actualiza el firmware: Por lo general, muchos fabricantes de discos duros lanzan actualizaciones de firmware periódicamente para mejorar el rendimiento y la estabilidad de sus productos.
- Considera los SSD: Estos discos son menos susceptibles a las altas temperaturas y a los golpes que los discos duros tradicionales.
Cuando la recuperación es necesaria
Si a pesar de tomar todas las precauciones, tu disco duro sigue fallando, no intentes repararlo por tu cuenta. Lo mejor será contactar con un técnico especializado en recuperación de información.
Recuerda que la prevención es la mejor manera de proteger tus datos. Por ende, si sigues estos y realizas copias de seguridad periódicas, podrás evitar disgustos y mantener tu información a salvo.
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(S.M.C)